Cifra de chilenas que deciden ser madres en solitario aumenta un 22% en los últimos 5 años

Mayo 8, 2024
Son mujeres que lo tienen muy claro; quieren formar una familia, están sin pareja, pero no están dispuestas a renunciar a su sueño. Una realidad que ha llegado a nuestra sociedad para quedarse.

Las familias monoparentales crecen de manera sostenida año tras año, y el cambio social en torno a la llamada “maternidad en solitario o maternidad singular” es innegable. A nivel mundial, las mujeres sin pareja que recurren a clínica IVI para conseguir ser madres, han aumentado un 42% en los últimos 5 años.

“Podríamos retratarlas como pacientes con una media de 38 años, vida profesional y situación económica estable. Muchas de ellas han tenido parejas previas, pero no han logrado o buscado un embarazo; sin embargo, nunca han perdido de vista su meta de ser madres, al margen de su situación sentimental. Están decididas a emprender la aventura de la maternidad en solitario desde su madurez emocional, y frecuentemente cuentan con una red familiar que las apoya en este proyecto. Son mujeres fuertes, tenaces, muy conscientes de su decisión y seguras de llevarla a cabo hasta lograr formar su esperada familia”, señala la doctora Rose Marie Meier, especialista en medicina reproductiva de IVI Santiago.

Con el paso de los años, este modelo familiar llamado alguna vez transgresor y objeto de prejuicios e incomprensión, hoy es parte importante de la radiografía social, y evidencia de cómo la ciencia ha ido solucionando las necesidades de la población.

“Las cifras así lo demuestran. Sólo en IVI Santiago, en los últimos 5 años ha aumentado la cantidad de pacientes que consultan a un especialista con la intención de ser madres sin pareja en un 22%”, agrega la doctora Meier.

A la hora de formar una familia, son muchas las opciones de tratamiento para este perfil de pacientes; la maternidad en solitario puede conseguirse mediante diferentes técnicas de reproducción asistida, como inseminación artificial y fecundación in vitro con semen de donante, o donación de ambos gametos (semen y óvulos).

“Otro dato a destacar es la edad promedio de estas pacientes. Si bien ronda los 38 años, lo cierto es que en los últimos años está sufriendo una disminución progresiva, lo que demostraría la creciente concienciación social respecto al declive de la fertilidad femenina a partir de los 35 años. No obstante, sabemos que aún queda mucho camino por recorrer en este sentido”, añade la doctora Meier.

Los expertos recalcan la importancia de normalizar los nuevos modelos de familia para que los niños construyan y entiendan poco a poco la realidad que les rodea. Estas explicaciones siempre deben darse de manera natural y con ejemplos y realidades cercanas del día a día, que les ayuden a ver que este tipo de familia es igual de válida que cualquier otra, independientemente de los miembros que las integran.

Para más información sobre reproducción asistida, visita Ivinet.cl.

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